El asesinato de George Floyd, el último de una lista angustiosa, nos recuerda que queda mucho camino por recorrer para lograr la igualdad racial; y el momento de actuar es ahora.
Los museos no son neutrales. No están separados de su contexto social, de las estructuras de poder y de las luchas de sus comunidades. Cuando parece que sí están separados, eso es una decisión. Una decisión equivocada.
Como instituciones altamente confiables para sus sociedades, los museos tienen la responsabilidad y el deber de luchar contra la injusticia racial y el racismo anti-negro en todos los niveles, desde las historias que cuentan hasta la diversidad de su personal.
Detrás de cada museo hay personas. Cada uno de nosotros debe ser responsable de sus propios prejuicios y examinar sus propios privilegios. Debemos elegir abordar el racismo en nuestros propios círculos, y estar abiertos a aprender a ser mejores. Debemos optar por amplificar las voces y los logros de las comunidades negras de todo el mundo.
Hace sólo dos semanas, miles de museos de todo el mundo se reunieron para celebrar el Día Internacional de los Museos 2020, bajo el lema “Museos por la igualdad: Diversidad e inclusión”. Alentamos a todos los museos a que se unan a nosotros para mantener el impulso.
Declaración de Lonnie G. Bunch, Secretario del Instituto Smithsoniano y Co-Presidente de ICOM Estados Unidos
Como para muchos ciudadanos americanos, asistir a múltiples incidentes de violencia mortal contra la comunidad negra ante nuestros ojos nos ha dejado desmoralizados y angustiados, consternados y enfadados. No sólo nos hemos visto obligados a enfrentar el impacto de una pandemia mundial, sino que también nos hemos enfrentado a la realidad de que, a pesar de los progresos realizados en los últimos cincuenta años, seguimos siendo una nación dividida por la desigualdad y la división racial. El estado de nuestra democracia es frágil y precario.
Una vez más, luchamos por darle sentido a un sinsentido. Una vez más, somos testigos de la problemática historia de violencia racial de nuestro país, desde Freddie Gray y Eric Garner hasta Sandra Bland y Trayvon Martin. Una vez más, tratamos de afrontarlo lo mejor posible, ya sea sufriendo en silencio, participando en protestas o entablando conversaciones que evocan todas nuestras emociones. Una vez más, intentamos explicar a nuestros hijos lo que no puede ser explicado. Una vez más, rezamos por la justicia y rezamos por la paz. Una vez más.
Expresamos nuestro más profundo pésame a las familias y comunidades de George Floyd, Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, Tony McDade, y a los demasiados que les precedieron, cuyas muertes inocentes fueron provocadas por una violencia injustificada. Esperamos que su dolor y pena obliguen a los Estados Unidos a enfrentar su atormentado pasado racial, y que este momento constituya un impulso para que nuestra nación aborde seriamente el racismo y las desigualdades sociales.
A pesar de que esta es una tarea monumental, el pasado está repleto de ejemplos de personas ordinarias que trabajaron juntas para superar desafíos aparentemente insuperables. La historia nos guía hacia un futuro mejor y demuestra que podemos convertirnos en una sociedad mejor, pero sólo si nos lo exigimos colectivamente los unos a los otros, así como a las instituciones responsables de administrar la justicia.
Frederick Douglass dijo: “Aquellos que profesan favorecer la libertad, y sin embargo se deprecian la agitación, son los que quieren cosechar sin arar la tierra… La lucha puede ser moral, o física, o las dos cosas. Pero debe ser una lucha”.
En este momento crucial en el que los ojos de la nación y del mundo están puestos en Minneapolis, ¿nos uniremos a la lucha por la justicia y la igualdad? ¿Atenderemos el llamado de valientes figuras a lo largo de la historia que hablaron en contra de la esclavitud, marcharon por el derecho al voto e hicieron sentadas a favor de una igualdad básica? ¿Desafiaremos a la nación a que viva de acuerdo con sus ideales fundadores? En memoria de los que nos han sido arrebatados y por el bien del país, espero que lo hagamos.