Los museos no tienen fronteras,
tienen una red

Todas las noticias

noviembre 29, 2023

ICOM VoicesMejorar la salud mental a través de los museos: Italia explora el potencial curativo de los espacios museísticos

Giulia Mezzalama

Profesora adjunta de la Universidad Politécnica de Turín, DIST (Italia), cofundadora de la Asociación MinD Mad in Design y directora adjunta del máster ejecutivo "Cultura y Salud" (CCW Cultural Welfare Center)

Palabras clave: salud mental, bienestar, museos, Italia

En las últimas dos décadas han ido surgiendo cada vez más pruebas que respaldan la conexión entre los museos y la salud y que demuestran, concretamente, cómo puede apoyar la programación artística la salud mental (Chatterjee y Camic, 2015). Sin embargo, además del rol de la programación que ofrecen las instituciones museísticas, resulta interesante explorar cómo el entorno de un museo, incluido su espacio físico, puede influir en el bienestar de las personas. ¿Qué características espaciales, tangibles e intangibles, deberían tener en cuenta los museos para adoptar una nueva idea en relación con la accesibilidad y el bienestar de la sociedad? Y, a la larga, ¿qué estrategias intersectoriales deberían seguir los museos para convertirse en actores clave de las políticas sociales y sanitarias?

No es casualidad que las experiencias innovadoras que investigan la influencia de los espacios culturales en la salud mental surgieran durante o como consecuencia de la pandemia. La pandemia de COVID-19 tuvo un profundo impacto que redefinió la relación entre los museos y su público y eso puso de relieve la vulnerabilidad de dicha relación.

A la luz de las pruebas internacionales presentadas en el informe de la OMS de 2019 titulado “What is the evidence on the role of the arts in improving health and well-being?” (¿Qué pruebas hay del papel de las artes en la mejora de la salud y el bienestar?) (Fancourt y Finn, 2019), se iniciaron en Italia, concretamente en la región del Piamonte, algunos proyectos pioneros gracias al apoyo de la Compagnia di San Paolo de Turín. El objetivo de estos proyectos italianos era evaluar no solo los beneficios para la salud de las prácticas artísticas —como el proyecto “DanzArte”, que traduce las respuestas emocionales al arte en movimientos físicos mediante el uso de tecnologías multimodales e interactivas—, sino también, y más específicamente, la conexión entre la calidad de los espacios arquitectónicos de los museos y el bienestar experimentado por los visitantes. En este artículo presentaré el proyecto Luoghi Comuni, un proyecto multidisciplinar y participativo desarrollado por MinD Mad in Design, una asociación dedicada a mejorar la salud mental de jóvenes adultos mediante actividades culturales.

Luoghi Comuni: los museos como “lugares cotidianos” para comunidades vulnerables

El proyecto Luoghi Comuni (Lugares comunes) se creó en respuesta a una convocatoria de ideas cuyo objetivo era investigar cómo los aspectos tangibles e intangibles de los espacios culturales repercuten positivamente en el bienestar mental. El proyecto surgió de la necesidad de promover la inclusión social de personas con algún tipo de fragilidad mental a través del fomento de su participación en museos e instituciones culturales. También surgió de la necesidad de concienciar a las instituciones culturales sobre ciertos colectivos vulnerables que a menudo se enfrentan al estigma social.

El proyecto se llevó a cabo mediante una serie de iniciativas participativas en las que intervinieron instituciones culturales de la ciudad de Turín, con especial hincapié en la interacción activa de las personas con problemas de salud mental. Se estructuró en torno a una serie de visitas culturales guiadas para personas con algún tipo de fragilidad mental, junto con sus familiares y con profesionales sanitarios interesados en desarrollar nuevos enfoques asistenciales, como una oportunidad para alejarse de los lugares donde habitualmente se prestan los servicios de salud mental y cuyo mantenimiento suele ser deficiente, no suelen ser acogedores y a menudo contribuyen al autoestigma.

El proyecto pretende animar a estas personas a acudir con más frecuencia a lugares culturales, conocidos por su atención al detalle y por ser espacios estéticamente agradables, caracterizados por el cuidado y la belleza. Las visitas se convierten así en una oportunidad para transmitir a los pacientes el valor que genera el sentido del cuidado de los lugares y la belleza de la arquitectura. La ocasión también permitió a los pacientes, a sus familiares y profesionales sanitarios cuestionarse qué podrían hacer estos lugares para que las personas con algún tipo de fragilidad mental se sintieran cómodas y parte de su público habitual con el fin de llegar a considerar los museos como “lugares comunes”.

En el marco de este proyecto, los centros culturales y museos fueron cuidadosamente seleccionados por sus diversas características ambientales y espaciales: desde museos institucionales situados en edificios cerrados (Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, Camera Centro Italiano per la Fotografia) hasta espacios verdes urbanos (PAV Parco Arte Vivente), pasando por nuevos centros abiertos de agregación sociocultural juvenil (Off Topic). Gracias a este enfoque se pudo evaluar, medir y comunicar el nivel de bienestar generado por las experiencias culturales aprovechando herramientas, directrices y criterios establecidos de manera colectiva.

Evaluar el carácter inclusivo de los museos mediante actividades participativas

Con el objetivo de fomentar la inclusión social y las acciones intersectoriales, el proyecto se desarrolló a través de una serie de acciones estructuradas según distintos niveles de interacción. En un taller inicial de diseño conjunto participaron representantes de museos e instituciones culturales, junto con personas que tenían problemas de salud mental, a fin de profundizar en el concepto de “lugar amable”. Para ello se elaboró un mapa conjunto de los lugares culturales de la ciudad en los que uno se “siente bien” y se identificaron sus características espaciales. La evaluación incluyó elementos como la hospitalidad, la disposición espacial, la accesibilidad, la interacción, la comunicación y la organización interna.

Fig. 1. Mapa de lugares culturales e indicadores de salud mental resultante de la elaboración del mapa conjunto. @MinD Mad in Design

El objetivo de los resultados era identificar aquellos aspectos clave que debían investigarse mediante una herramienta de observación digital: una encuesta basada en criterios de medición diversos (accesibilidad, percepción sensorial, hospitalidad, comunicación, etc.). Las respuestas a las preguntas de la encuesta consistían en una escala del 1 al 4 (1. en absoluto, 2. ligeramente, 3. moderadamente, 4. mucho) y el enunciado de cada pregunta instaba a los encuestados a observar y centrarse en indicadores medioambientales distintivos y específicos. Después se utilizó una matriz para procesar las puntuaciones de las categorías y, posteriormente, analizar los datos.

Fig. 2. Encuesta digital de Luoghi Comuni. @MinD Mad in Design

Una vez establecidos el cuestionario y los métodos de recopilación y tratamiento de los datos se pusieron en marcha 8 investigaciones diferentes en los propios museos y centros culturales a cargo de un grupo de visitantes que, directa o indirectamente, habían experimentado algún tipo de fragilidad mental. Los visitantes fueron guiados por profesionales de museos y contaron con el apoyo de un equipo de psicólogos que observaban y controlaban los indicadores de bienestar individual y grupal. Se creó una aplicación llamada “Luoghi Comuni” para proporcionar instrucciones sobre cómo realizar fácilmente la visita y rellenar el cuestionario digital. Por último, durante un evento culminante sobre los resultados de las visitas los representantes de las instituciones culturales y sanitarias pudieron establecer redes entre ellos. Este evento sirvió de punto de partida para empezar a vislumbrar nuevas colaboraciones y sinergias intersectoriales.

¿Podría el entorno de un museo mejorar el bienestar mental?

El principal resultado de Luoghi Comuni ha consistido en proporcionar a las instituciones culturales una indicación clara y cuantitativa de la “delicadeza” de sus espacios, entendido como la capacidad de hacer que las personas frágiles se sientan cómodas. Es de esperar que estos resultados lleven a reconsiderar y mejorar determinadas características de los espacios museísticos.

En los últimos años se ha producido un aumento de los programas participativos e interactivos en los museos con el objetivo específico de mejorar el bienestar e implicar a aquellos visitantes que se enfrentan a diversas dificultades, incluidos los problemas de salud mental.

El proyecto Luoghi Comuni ha sensibilizado a pacientes y profesionales de la salud mental sobre la idea de que un museo o un centro cultural pueden convertirse en lugares para el bienestar mental y servir de complemento eficaz a los centros sanitarios tradicionales. El proyecto también ha contribuido a reducir el estigma y los prejuicios que rodean el tema de la salud mental, aportando valiosas ideas para mejorar la calidad de los servicios de las organizaciones culturales.

El desarrollo de nuevos indicadores para medir el bienestar en los entornos museísticos es el primer paso para volver a imaginar los espacios culturales como centros de salud mental. ¿Es realmente utópico pensar que algún día los psicólogos y psiquiatras podrían recomendar una visita a un museo en lugar de la tradicional recuperación en los centros de salud mental[1]? El concepto de “prescripción museística”, una idea que introdujo por primera vez en 2018 el Museo de Bellas Artes de Montreal (MMFA) y que más recientemente han adoptado cinco museos de Bruselas, no parece tan descabellado, ni siquiera en Turín.

Referencias

http://www.madindesign.com/projects/luoghi-comuni.

Chatterjee H. and Camic P. (2015) The health and wellbeing potential of museums and art galleries, Arts & Health, 7:3, 183-186

Fancourt, D. and Finn, S. (2019) What is the evidence on the role of the arts in improving health and well-being? Organización Mundial de la Salud.

[1] En Italia existen centros públicos abiertos durante el día donde educadores y profesionales de la salud mental reciben a pacientes con un importante grado de autonomía y les ofrecen apoyo con diversas actividades de terapéuticas (gimnasia, arteterapia, …).