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Vasijas policromas mayas
La cultura Maya se extendió por la península de Yucatán y el estado de Chiapas en México, por todo Guatemala y Belice, y por el oeste de Honduras. La cerámica fina policroma maya proviene de yacimientos del Período Clásico (250 a 850 d.C.), de sepulturas de personajes de alto rango. Presenta una gran variedad de formas y estilos. Los más frecuentes son vasos cilíndricos y grandes platos que pueden tener patas y tapaderas. Los vasos cilíndricos suelen medir entre 12 y 30 cm de alto y los platos entre 20 y 30 cm de diámetro. La decoración pintada puede ir sobre una capa de estuco blanco o crema, o bien sobre un color anaranjado. El dibujo se suele hacer con una línea negra o incisa. Se usan sobretodo el rojo y el naranja que pueden variar en intensidad formando varios tonos, el blanco o crema, el negro, y a veces tonos rosas y azules. Los vasos más antiguos presentan el uso del rojo y negro sobre naranja, con algunas veces una decoración modelada y saliente. Las vasijas más conocidas y codiciadas son aquellas con figuras humanas en escenas e inscripciones. Los temas más frecuentes se refieren a ceremonias religiosas y políticas. Suele ser característica la presencia de un personaje principal de alto rango ricamente ataviado, que está de pie o sentado con las piernas cruzadas sobre un trono o una banqueta ceremonial. Le acompañan otros personajes secundarios, como guerreros, sirvientes o prisioneros que suelen estar de pie. Es habitual que entre los personajes se intercalen inscripciones jeroglíficas explicando la escena. Hay un grupo de vasos denominados “de estilo códice” con detalladas inscripciones en negro sobre crema, similares a las que aparecen en los códices y las estelas.