Karin Weil González y Simón Urbina Araya
Dirección Museológica, Universidad Austral de Chile
Los museos no tienen fronteras,
tienen una red
septiembre 22, 2017
La historia de los museos en Latinoamérica es relativamente reciente si la comparamos con la de los países de Europa y Oceanía. Los museos empezaron a surgir tras los movimientos de independencia de España, al tenor de nuevas inquietudes y coyunturas políticas y culturales. Junto a las escuelas, bibliotecas y teatros, los primeros museos en Latinoamérica aparecieron como referentes de las nacientes repúblicas americanas. Estas instituciones se apresuraron en la búsqueda de símbolos y se convirtieron en medios de creación, cohesión y protección de las nuevas identidades nacionales (Gant 2007).
El Museo de Historia Natural de Santiago fue el primer museo fundado en Chile. Fue el resultado de una emergente toma de conciencia nacional sobre la necesidad de comprender científicamente la naturaleza, la tierra y sus habitantes nativos. Se fundó en el año 1830, siendo su primer director el reconocido naturalista francés Claudio Gay. El Museo de Bellas Artes se estableció cincuenta años después. Como consecuencia de la reciente importancia de la industria minera en el norte de Chile, se fundó el Museo Mineralógico en 1887 en la ciudad de La Serena. A finales del siglo XIX, los misioneros salesianos establecieron su propio museo en el extremo sur del país, en la ciudad de Punta Arenas, justo al norte del Estrecho de Magallanes, con el propósito de almacenar colecciones relacionadas a la historia natural y cultural de los habitantes nativos de la región.
Después de este período interés inicial, no fue hasta mediados del siglo XX que los gobiernos, las asociaciones científicas, las universidades y las organizaciones privadas desarrollaron un interés en crear nuevos espacios museísticos y galerías para colecciones, muchas de las cuales estaban especializadas en colecciones arqueológicas.
Hacía la década de los sesenta y comienzos del setenta, el rol de los museos chilenos se vio fuertemente influenciado por las ideologías descentralizadoras y el pensamiento ecológico, tanto en el contexto social como en el del medio ambiente, trayendo el auge de los museos regionales (Mostny 1972, 1973).
Durante este período, los museos fueron reconocidos por el Ministerio de Educación como instrumentos complementarios a la educación formal. El creciente interés por los espacios museísticos, trajo consigo una mayor preocupación por la formación del personal y los más grandes contrataron a guías profesionales. El Centro Nacional de Museología se fundó en el 1968 y en el año 1976 se fundó el MUCHI o Boletín de Museos de Chile, una iniciativa liderada por la arqueóloga Grete Mostny, por entonces Presidenta del Comité Nacional Chileno del ICOM.
Los museos y sus líderes, conscientes de su función social y servicio a las comunidades aledañas, buscaron profesionalizar, apoyar y expandir su papel en la conservación de las diversas experiencias, tradiciones y saberes de sus localidades. Es en este contexto en el que la UNESCO y el ICOM se reunieron en Chile en 1972 para la conocida como La Mesa Redonda de Santiago de Chile (do Nacimiento et al. 2012a y 2012b).
Museólogos de todo el continente y especialistas de otros campos se reunieron en este simposio para reflexionar sobre la importancia del desarrollo de los museos en el mundo contemporáneo, prestando especial atención a las necesidades regionales y de grupos sociales desfavorecidos.
Las principales conclusiones de la reunión quedaron articuladas en el concepto de museo integral, el cual relaciona estrechamente la institución y la historia y el impacto de las comunidades a las que pertenecen o de las cuales son partícipes. Los principios y las recomendaciones resultantes de este encuentro han sido referentes en el mundo las últimas décadas. Sin embargo, en Latinoamérica y Chile, en el contexto de la dictadura e incluso en la etapa democrática posterior, se vieron no sólo segadas y debilitadas, sino que su implementación y su desarrollo fueron también obstruidos.
El proyecto Museos y comunidad: conceptos, experiencias y sostenibilidad en Europa, Latinoamérica y el Caribe (Brown et al. 2015) aborda la interacción entre los museos y su entorno, compuesto por las comunidades y sus territorios, buscando mejorar las condiciones y desarrollo sostenible de estas instituciones, reconocer su valor en tanto que conservadores de la memoria y del patrimonio, fortaleciendo e instalando las formas de inclusión social.
Desde el punto de vista regional, la iniciativa, enmarcada en un gran consorcio de colaboración académica internacional, analizará los valores y los efectos manifiestos o latentes de la Mesa Redonda de Santiago de Chile, además de potenciar las conferencias, seminarios y publicaciones planeadas para su 50 aniversario en 2022. El equipo de profesionales de la Dirección Museológica de la Universidad Austral de Chile, junto con ICOM Chile, ha comenzado una investigación aplicada sobre un conjunto de muesos pequeños y medianos que forman parte de la Red de Museos y Centros Culturales de la región de Los Ríos. Esta investigación evalúa la configuración y los procesos de cada entidad desde la perspectiva de los principios y recomendaciones, indagando específicamente en las variables relacionadas con la sostenibilidad futura de los museos comunitarios en el contexto de sus comunidades.
La Red incluye 23 instituciones de diversos tipos, historias y dependencias. No obstante, todas ellas comparten, el esfuerzo permanente de recuperar, conservar, difundir y pone en valor el diverso patrimonio y memorias que enriquecen y dotan de sentido el paisaje cultural de la región y sus habitantes.
Los diversos espacios y personas que constituyen esta Red, dan cuenta de un fenómeno contradictorio. Por una parte, a través del uso y de la apropiación, los habitantes pueden vivir procesos socialmente importantes sobre la infraestructura local y los bienes culturales, así como desarrollar experiencias formativas y educacionales sobre su patrimonio, contribuyendo a su comprensión de dichos territorios y sus relaciones interculturales a través de miles de años. Al mismo tiempo, hay una falta de reconocimiento y apoyo institucional.
Estos espacios, y esto es lo verdaderamente importante, han logrado durante décadas llevar a cabo su misión pese a sus disímiles historias, modelos de gestión, capacidades profesional y disponibilidad de recursos.
Esperamos que la investigación conducida por el proyecto EULAC-Museos sobre el poderoso mosaico global que constituye la red de museos en una pequeña región en el cono sur de América podrá arrojar evidencia útil y modélica para comprender la complejidad subyacente en el compromiso de las comunidades a la que pertenecen, sus vínculos con el concepto de museo integral y su visión con respecto al dilema de la sostenibilidad en el contexto histórico, social, local y regional. Sin lugar a dudas, promoverá una museología social y territorialmente comprometida que inspire y fomente la reflexión en otras comunidades y museos de Latinoamérica, el Caribe y Europa.
–
Bibliografía