Los museos no tienen fronteras,
tienen una red

Alban Kaboré, que trabaja en la Dirección regional de la Cultura de la Boucle de Mouhun en Burkina Faso, ha creado una exposición titulada Le musée ambulant de Bomavé (El museo ambulante de Bomavé), en colaboración con el escultor burkinés Bomavé Konaté. El principal objetivo de este proyecto es encontrar asociados apasionados de la cultura africana y de las máscaras africana con el fin de concretizar la creación de un Museo de Artes vivientes.

Desde el 2016, Burkina Faso lleva a cabo con el apoyo de la UNESCO una gran campaña de inventario de su patrimonio cultural inmaterial. Cuando era jefe del equipo del inventario de la provincia de Balé, inventariamos la técnica de la escultura de la máscara sagrada, poseída por la familia Konaté, en el pueblo de Oury. En esa ocasión conocí al escultor Bomavé Konaté, que fue nombrado «Tesoro viviente humano» de Burkina Faso en 2015. Bomavé Konaté es el decano de la familia Konaté y el guardián del saber ligado a las máscaras. Tras ese primer encuentro, regresé a Oury para dialogar más detenidamente con el escultor sobre la tradición de la máscara sagrada. Me mostró una caja donde estaban depositadas sin cuidado alguno las máscaras y las estatuillas que sirvieron para ritos y que fueron devueltas a su creador. Bomavé Konaté me confió igualmente que, en los herradores-escultores Konaté, cada jefe de familia posee una caja donde deposita los objetos devueltos. Ver esos objetos de gran valor abandonados a su suerte y expuestos al polvo, al sol y a la lluvia me entristeció profundamente. Bomavé, compartiendo mi consternación, me expuso su ambición de crear un lugar donde pudieran continuar expresándose.

Después de conversar detenidamente con el escultor sobre la tradición de la máscara sagrada, su conservación, su valorización y, especialmente, sobre su transmisión, propuse a Bomavé Konaté crear un museo para ofrecer un nuevo marco de expresión a esos objetos y transmitir a las generaciones futuras las historias, cuentos y leyendas que los acompañan.

Será construido en Boromo, capital de la provincia de Balé, bajo el nombre de «Museo de Artes vivientes». Este proyecto es tan costoso que tuvimos la idea de hacer la exposición “El museo ambulante de Bomavé” para promover la creación del museo, debatir sobre él e ir al encuentro de inversores y colaboradores potenciales. Como no puedo administrar el proyecto solo, todo el que quiera formar parte de su realización puede colaborar firmando un acto consensual. Luego, sobre la base de ese consenso, se crearán las exposiciones del museo.

En el Museo ambulante de Bomavé se presentan veinte máscaras completas e instaladas sobre maniquíes acompañados de instrumentos de música (tambores, flautas y balafones). Completan la exposición una explicación sobre las diferentes funciones de una máscara, su proveniencia, así como las historias, cuentos y leyendas asociados con los objetos. Gracias a los talleres que brinda Bomavé Konaté, el Museo ambulante de Bomavé es también un lugar de encuentro y de formación sobre la escultura de madera. También se organizan conferencias y debates para promover la creación del Museo de Artes vivientes.

La máscara «loco» es la única mascara concebida con cara humana pero ornamentada con un cuerno sobre la cabeza. Simboliza la fuerza, la alegría, la libertad. Se dice que para vivir bien, hay que vivir como un «loco». Pero ese «loco» no es lo mismo que una persona que sufre trastornos mentales. El «loco» tiene un alma con un poder absoluto que un ser humano es incapaz de ver, se dice que es el único detentor de la verdad. (© Alban Kaboré)

La máscara «mono»: es la máscara más antigua y simboliza la evolución. Todo ser humano, cualquiera que sea su género, título nobiliario, clase social, etc., debe aprender a evolucionar. (© Alban Kaboré)

  1. Una flauta travesera y tres flautas rectas
  2. Un balafón en forma de arco y uno plano
  3. Dos tambores parlantes y un tambor largo.

Estos instrumentos de música tradicional hicieron su aparición al mismo tiempo que la máscara, acompañándola. (© Alban Kaboré)

La escultura de la máscara sagrada en Burkina Faso

Un herrero en Burkina Faso es el maestro del hierro y del fuego. La comunidad a la que pertenece se dirige a él como último recurso para resolver situaciones tales como litigios familiares y territoriales; el embrujo o desembrujo de una persona, de un lugar o de una cosa; incluso la purificación de un pueblo. Ocupa así un rango cultural irreemplazable, y procede a sacrificios para separar a los protagonistas. El herrero se encarga también de fabricar la daba, una herramienta que los agricultores utilizan para labrar y desherbar el campo. Compuesto en su parte superior de un mango de madera con un hierro esculpido por el herrero, la daba es indispensable para una población de mayoría agrícola.

Además de trabajar el hierro, el herrero sabe también transformar la madera y esculpe las máscaras para su familia o para las familias que vienen de otras comunidades. El herrero-escultor no firma sus máscaras y, a pesar de la dificultad del trabajo, solo pide una gallina a cambio. La gallina servirá luego para los ritos en el marco de la sacralización de su trabajo y del objeto que confecciona.

Las máscaras, así como las estatuillas africanas, se definen como seres que toman prestado el cuerpo humano para expresarse y está completamente prohibido intercambiarlas por dinero. Esta prohibición vale también para el escultor. Los objetos que han sido utilizados para ritos culturales deben ser desacralizados antes de poder ser intercambiados. Todo el que posea uno de estos objetos culturales y que desee abandonar los ritos ligados a ellos debe reexpedirlo a su creador. Es así como muchos herreros-escultores, al igual que Bomavé Konaté, poseen una gran cantidad de máscaras y estatuas.

El Instituto francés de Ouagadougou debía acoger el Museo ambulante de Bomavé el próximo  mayo para un mes de exposición. Sin embargo, tras el último ataque terrorista del 2 de marzo, que ocurrió muy cerca del lugar de la exposición, habrá que esperar hasta septiembre de 2018 para poder deambular entre las máscaras sagradas de Burkina Faso. Posteriormente deseamos recorrer lo más posible el país con el Museo ambulante de Bomavé, con el fin de dar a conocer ampliamente el proyecto del Museo de Artes vivientes.

El artista Bomavé Konaté nació en 1958 en Oury, pueblo situado a 30 km de la ciudad de Boromo, en Burkina Faso, y procede de una comunidad de herreros. Eligió trabajar con madera en vez de hierro y por ello se convirtió en una figura emblemática de la escultura burquinesa.  En 2015, el Ministerio de Cultura, Arte y Turismo de Burkina Faso lo elevó al rango de «Tesoro humano viviente» (THV por sus siglas en inglés). Esta distinción es un reconocimiento del Estado hacia todo aquel que posea conocimientos y habilidades y que sea capaz de transmitirlos a las generaciones futuras.

Alban Kaboré nació en 1978 en Divo, Costa de Marfil, y cursó sus estudios secundarios en Burkina Faso. Tras algunos años de trabajos esporádicos y aventuras, más dos años de formación en la Escuela Nacional de la Magistratura (ENAM) en Burkina Faso, este apasionado de la cultura obtuvo su diploma de guía de museo. Alban Kaboré trabaja actualmente en la Dirección regional de Cultura, Artes y Turismo de la Boucle de Mouhoun, en Dédougou. Dentro del servicio de apoyo a las iniciativas locales y a las industrias culturales y turísticas, su misión es acompañar a los actores culturales y turísticos en la realización de sus proyectos.

Si desea obtener más información sobre este proyecto, apoyar la creación del Museo de Artes vivientes o acoger en su país el Museo ambulante de Bomavé, contacte al Sr. Alban Kaboré por correo electrónico o teléfono: +226 70 96 65 24.