La desinstitucionalización de la cultura como futuro imaginario de los museos
Luciana Pasqualucc
doctora y coordinadora educativa del curso de Museología, Cultura y Educación, y cofundadora del Proyecto PUC Museos: Universidad y Cultura Contemporánea (todo ello en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, PUC-SP, Brasil). Estudiante de posdoctorado en la Universidad Lusófona de Humanidades y Tecnologías - ULHT/Lisboa.
El libro Pistas falsas, una ficción antropológica, escrito por el antropólogo argentino Néstor García Canclini (2020), propone un ejercicio imaginario que nos proporciona pistas, quizás falsas, para el futuro de los museos. La desinstitucionalización de la cultura es una de ellas. Esta desinstitucionalización representa un proceso que debilita las instituciones tradicionales, como los museos, los centros culturales, los teatros o los cines, debido principalmente a la ausencia de políticas que promuevan la cultura y a la falta de recursos financieros destinados a la misma. Actualmente los efectos de la desinstitucionalización son visibles en Brasil: disminuyen las ayudas públicas y la financiación de la cultura y la educación, al tiempo que el discurso político es cada vez más salvaje, con menos garantías, más polarización y menos preocupación por la colectividad.
Teniendo en cuenta estos factores, este artículo propone una reflexión sobre los museos como instituciones de la memoria y espacios sociales que preservan, comparten e institucionalizan la cultura a través del establecimiento de un diálogo con el mundo académico. Los museos añaden narrativas conceptuales y curatoriales a los diferentes procesos interpretativos del público en su relación con la cultura. Por ello, reflexionar sobre el discurso de los museos en torno a la cultura y la educación podría conseguir que resurgieran posibilidades de cocreación entre museos y universidades.
MUSEOS COMO ESPACIOS DE INVESTIGACIÓN
Una de las formas más destacadas en que los museos y las universidades pueden prestar servicio a la sociedad consiste en promover el debate intercultural. Según Canclini (2005), esto se puede fomentar ampliando los espacios físicos de la universidad y reconociendo los museos como lugares de investigación. Este posible compromiso entre museos y universidades dependerá del interés y la disponibilidad de los líderes de ese proceso (profesores, estudiantes, educadores y directores de museos), más que de las propias instituciones. Sin embargo, los implicados en el proceso han indicado que es, de hecho, la ausencia de esas políticas culturales y educativas, que inicialmente promovían la colaboración entre museos y universidades, lo que ha provocado una brecha cada vez mayor entre la cultura y la educación y, en consecuencia, el hecho de que los museos no se reconozcan como espacios para el desarrollo de conocimientos, la reflexión y el debate, incluso por parte de los estudiantes y profesores del mundo académico (Pasqualucci, 2020). Puede parecer, por lo tanto, que las iniciativas de investigación de los profesores se ven influenciadas por las políticas institucionales de sus universidades y no solo por sus intereses investigadores.
Si las políticas públicas parten de las necesidades locales y sociales, entonces reconocer la necesidad de políticas culturales y educativas que puedan reactivar la colaboración entre museos y universidades podría ser un terreno abonado para la institucionalización de la cultura. La ambivalencia de este terreno, como espacio dialógico que perpetúa y rompe paradigmas, revela gran parte de su potencial a la hora de construir nuevas narrativas y producciones artísticas y culturales que contribuyan a la tolerancia y el respeto por la diversidad. El museo, como espacio para la interacción entre grupos culturales y étnicos, permite el reconocimiento de similitudes, pero también de diferencias, individuales y colectivas, lo que contribuye al desarrollo de una sociedad democrática.
INTERSECCIÓN DE DEBATES CULTURALES
Las incertidumbres construidas en un espacio que aprecia la diferencia están conectadas por medio del intercambio de significados diferentes, convirtiendo las desigualdades en experiencias potencialmente creativas. Estas experiencias que se encuentran en el museo, traducidas en diálogo en la universidad, promueven una cierta expansión epistemológica de los repertorios culturales. Si, según Canclini (2020), la desinstitucionalización de la cultura acecha el futuro imaginario de los museos, este texto reivindica la permanencia de su institucionalización. A través de la colaboración, los museos y las universidades pueden fomentar y promover el debate intercultural e interdisciplinar, así como el desarrollo del conocimiento en los diversos ámbitos del arte y la cultura.
En este futuro imaginario, museos y universidades actúan independientemente empleando sus propias narrativas. Pero juntos establecen diálogos, encuentros personales, acciones conceptuales y físicas que promueven la desterritorialización de los espacios y los debates interculturales que reclaman la intersección. Los encuentros intencionados entre culturas emanan alegría, intercambios profesionales y esperanza para un museo y pueden, en definitiva, contribuir al bienestar colectivo físico y mental de nuestra sociedad.
Canclini, N. G. 2005. Diferentes, Desiguais e Desconectados. Río de Janeiro: UFRJ.
Canclini, N. G. 2020. Pistas falsas. Uma ficção antropológica. São Paulo: Itaú Cultural, Iluminuras.
Pasqualucci, L. 2020. Museu e Universidade: articulação entre cultura e currículo do Ensino Superior sob a percepção de estudantes, professores e gestores de museus. Revista Museologia e Interdisciplinaridade, 9(18), 425-448. Disponible en: https://periodicos.unb.br/index.php/museologia/article/view/31313 [Consultado el 20 de abril de 2021].