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septiembre 28, 2022

ICOM VoicesEl “giro emocional” en la práctica museística

Marzia Varutti

Investigadora, Centro Suizo de Ciencias Afectivas, Universidad de Ginebra (Suiza)

Palabras clave: emociones, afecto, empatía, museos, exposiciones.

Todos los museos generan emociones: lo que se representa en una exposición puede influir en lo que los visitantes sabrán, pensarán, recordarán y harán como consecuencia de lo que sintieron al vivir dicha exposición.

Desde la aparición de los gabinetes de curiosidades del siglo XVI y sus maravillosos contenidos, el objetivo de los museos ha sido afectar a los visitantes. Las Grandes Exposiciones del siglo XIX, en las que se mostraban los logros culturales e industriales de las naciones, asombraban a los visitantes con la magnitud, el ingenio y el exotismo de sus exposiciones. Estas reacciones emocionales sirvieron de base a los museos para infundir, imaginar y materializar ideologías asociadas al nacionalismo, al imperialismo y a la modernidad. Los museos contemporáneos siguen aprovechando la creación de conexiones emocionales con los visitantes a través de unas exposiciones cuidadosamente comisariadas (Varutti 2020, 2021). En este artículo presento tres perspectivas complementarias sobre cómo las emociones están transformando la práctica museística, suscitando el replanteamiento del diseño de las exposiciones, la reevaluación institucional y las nuevas ideas. Presento también los planteamientos generados como resultado de la investigación.

Las emociones y el diseño de las exposiciones

El actual contexto de crisis mundial, humanitaria, sanitaria, medioambiental, racial y de justicia social ha obligado a los museos a tratar, como nunca antes, situaciones y temas que generan una serie de respuestas emocionales, desde la ansiedad hasta el miedo, la desesperación, la nostalgia y la esperanza. Ante las nuevas emergencias, los museos ya no son meros lugares de representación. Son, cada vez más, promotores del cambio social y lugares de activismo social. El comisariado se está adaptando rápidamente y está forjando narrativas expositivas que invocan explícitamente la vulnerabilidad, la resiliencia y la empatía, y ofrecen una hoja de ruta con la que sortear la volatilidad emocional y la incertidumbre de nuestros tiempos.

El Museo Judío de Berlín es una de las instituciones museísticas pioneras que interactúa plenamente con las emociones y que, a día de hoy, sigue siendo uno de los mejores ejemplos de cómo las emociones se pueden integrar no sólo en el diseño de una exposición, sino también en la estructura arquitectónica del museo. Esto se consigue, por ejemplo, permitiendo a los visitantes experimentar la privación sensorial en determinadas zonas del museo, denominadas “vacíos del museo”: se trata de zonas frías, vacías y casi completamente oscuras en las que se invita a los visitantes a permanecer un rato. Del mismo modo, los visitantes experimentarán una alteración sensorial al visitar el “jardín del exilio” del museo, una serie de estructuras laberínticas con columnas de hormigón con suelos inclinados que desorientan temporalmente a los visitantes. En estos casos, las dimensiones emocionales y corporales de la visita se refuerzan mutuamente para crear experiencias museísticas que materializan la política del espacio y de la memoria, es decir, se trata de una forma de estimular la memoria y la reflexión a través de una organización hábil del espacio.

“Jardín del exilio” en el Museo Judío de Berlín © Wikimedia Commons

Las emociones como competencia institucional

Las emociones positivas como la empatía ya no ocurren de manera casual o secundaria, sino que provocarlas se ha convertido en el eje temático de grandes iniciativas museísticas radicalmente innovadoras (Gokcigdem 2016). Este es el caso, por ejemplo, del Instituto de Arte de Minneapolis (MiA, por sus siglas en inglés), que en 2017 creó un Centro para la Empatía y las Artes Visuales (CEVA, por sus siglas en inglés) cuyo objetivo era “investigar y analizar las mejores prácticas para cultivar la empatía y la conciencia global a través del poder del arte” (Libro Blanco del CEVA). Entre otras iniciativas, este Centro y el MiA han desarrollado las “visitas de empatía”. Son visitas guiadas flexibles y más largas de lo habitual, en las que las obras de arte se convierten en trampolines para crear diálogos que fomenten la empatía entre los participantes. Por ejemplo, ante el retrato de una mujer, el guía puede preguntar a los visitantes “¿Cómo creen que se siente esa mujer?”, y después invitar a los participantes a compartir sus propias historias y desarrollar su propia interpretación personal de la obra de arte, dentro de un espacio seguro que permite la autorreflexión y la imaginación. El objetivo consiste en facilitar un proceso en el que los participantes respeten y analicen sus propios puntos de vista y, a su vez, experimenten la posibilidad de considerar otros puntos de vista diferentes. Aunque las visitas han sido dirigidas por educadores de museos, es importante señalar que todos los empleados del MiA reciben clases de formación impartidas por expertos en empatía, lo que consigue que la preocupación por la empatía se integre en todos los ámbitos de la práctica museística.

“Un día en el Instituto de Arte de Minneapolis” por Wilson-Fam © CC BY 2.0

De igual manera, el Museo Empático es un grupo de profesionales de museos que han unido fuerzas en torno al concepto de “empatía institucional” para expresarse: “la intención del museo de ser, y ser percibido como una entidad profundamente conectada dentro de su comunidad (…) un museo empático está tan conectado con sus comunidades que es muy consciente de sus valores, necesidades y desafíos” (Jennings et al. 2019, 511-12). La plataforma Museo Empático ofrece talleres de desarrollo profesional y un conjunto de herramientas gratuitas por internet conocidas como el “Modelo de Madurez”, diseñadas para ayudar a los museos a fomentar la empatía. Este conjunto de herramientas proporciona información para evaluar y reconsiderar toda la configuración institucional en torno a cinco ejes que han sido identificados como

marcadores de la práctica empática: visión cívica, lenguaje corporal institucional, resonancia de la comunidad, pertinencia en el tiempo y medidas de rendimiento.

Aunque diferentes en su formato y enfoques institucionales, iniciativas como la del Museo Empático y el Centro para la Empatía y las Artes Visuales del Instituto de Arte de Minneapolis indican que cada vez resulta más apremiante y relevante que los museos se centren en las emociones.

Las emociones como foco de investigación

A pesar de la proliferación de iniciativas museísticas que activan las emociones de los visitantes, en el ámbito de la investigación museológica no hace tanto que las emociones se han convertido en un área de investigación importante, todo ello relacionado con el aumento del interés por el afecto en las ciencias humanas y sociales. Diferentes pedagogías han abordado las primeras investigaciones sobre las emociones en los museos, como las propuestas de “pedagogías del sentimiento” (Witcomb 2015) o las investigaciones sobre cómo afecta el asombro a la memoria (Price et al. 2021), y las respuestas de los visitantes a temas traumáticos y al “patrimonio difícil”, como las guerras y el colonialismo (Smith et al. 2018). Sin embargo, las emociones son determinantes e impregnan todas las facetas de la teoría y la práctica museísticas. Esto requiere más investigación, tanto en términos de recepción (emociones entre los visitantes de los museos) como de producción (reconocer las emociones como componentes clave de las prácticas museísticas). Concretamente, la investigación podría arrojar luz sobre las emociones que experimentan los profesionales de los museos cuando trabajan entre bastidores, en los almacenes de los museos, en los archivos, en los laboratorios de conservación, en las salas de reuniones, etc., y sobre cómo las emociones de los profesionales de los museos se relacionan o llegan a influir en las emociones que experimentan los visitantes.

Hay muchas razones por las que ha llegado el momento de investigar y experimentar con las emociones en los museos: una renovada concienciación de la centralidad histórica de las emociones en los museos, los nuevos roles que están desempeñando los museos ante las actuales crisis mundiales, la vitalidad de las iniciativas museísticas innovadoras centradas en emociones como la empatía y, sencillamente, porque hay una necesidad acuciante de estudiar y teorizar todas estas transformaciones.

Financiación

Este trabajo fue apoyado por la subvención UE MSCA-IF-2020 nº 101022941.

Referencias

Gokcigdem, E. 2016. Fostering Empathy Through Museums. Lanham: Rowman and Littlefield.

Jennings, G., et al. 2019. ‘The Empathetic Museum: A New Institutional Identity,’ in Curator: The Museum Journal Vol. 62, No. 4, pp. 505-26.

Price, C. et al. 2021. ‘Awe & Memories of Learning in Science and Art Museums’. Visitor Studies 24 (2): 137–65.

Smith, L., M. Wetherell, and Campbell G. eds. 2018. Emotion, Affective Practices, and the Past in the Present. London: Routledge.

Varutti, M. 2020. ‘Vers une Muséologie des Émotions,’ in Cultures et Musées, Vol. 36, pp.171-177. Disponible en: https://journals.openedition.org/culturemusees/5751 [Consultado el 12 de mayo de 2022]

Varutti, M. 2021. ‘Affective Encounters in Museums,’ in Þóra Pétursdóttir and Torgei Rinke Bangstad eds., Heritage Ecologies, Londres: Routledge, pp.129-144.

Witcomb, A. 2015. ‘Toward a Pedagogy of Feeling’ in International Handbook of Museum Studies, S. MacDonald and H. R. Leahy, eds., Oxford: Blackwell, pp.321-344.