Elyse Newman
Directora de Educación del Museo del Tránsito de Nueva York
Los museos no tienen fronteras,
tienen una red
marzo 23, 2017
El Museo del Tránsito de Nueva York (New York Transit Museum), que se encuentra en una antigua estación de metro de 1936, ya clausurada, de Downtown Brooklyn, ha sido durante mucho tiempo un imán para jóvenes con trastorno del espectro autista apasionados de los trenes y el transporte. Algunos de estos niños vienen al museo todos los fines de semana con sus padres, se conocen el mapa del metro de memoria y saben qué modelo de tren circula por cada una de las líneas del subterráneo. Muchos de ellos sueñan con convertirse en operadores ferroviarios.
Hace unos siete años, desde la dirección del museo, nos dimos cuenta de que estábamos en una posición única para crear un programa altamente especializado dirigido a niños con autismo, que aprovechara ese gran entusiasmo para ayudar a esos jóvenes a desarrollar sus habilidades sociales. De la mano de especialistas en autismo, el museo diseñó el programa extraescolar Subway Sleuths (Detectives del Metro), un programa muy aclamado dirigido a jóvenes (alumnos de 2º y 5º grado) con trastorno del espectro autista y aficionados a los trenes. En 2016 el Museo del Tránsito recibió el premio National Arts and Humanities Youth Program (Programa Nacional para la Juventud de las Artes y las Humanidades) por Subway Sleuths, la mayor distinción del país para un programa extraescolar, y también el premio American Alliance of Museum’s Excellence in Programming(Alianza Americana de la Excelencia en Organización de Programas para Museos).
Subway Sleuths aplica un enfoque basado en las fortalezas, que ve la pasión por los trenes como algo motivador y positivo en lugar de cómo una obsesión a superar. Ofrecer un lugar en el que los alumnos con necesidades especiales se encuentren cómodos y una temática que dominen (en nuestro caso, el transporte) puede estimular la comunicación, fomentar la sensación de poseer aptitudes y contribuir a desarrollar habilidades tan importantes como la flexibilidad, la auto regulación y la auto representación. La pasión por el transporte y los trenes es un requisito que deben cumplir todos los niños que participen en Subway Sleuths, dado que el interés compartido actúa como una especie de pegamento que une a los alumnos. El contenido del museo sirve tanto de motivador como de estructura organizativa para poner de manifiesto, simular, investigar y experimentar las interacciones sociales. El programa es especialmente importante para esas personas por la falta de otros programas extraescolares accesibles a niños con autismo, un síndrome que afecta actualmente a uno de cada 68 menores y a uno de cada 42 niños.
Subway Sleuths se reúne semanalmente, durante 10 sesiones en otoño y 12 sesiones en primavera. En cada sesión participan un máximo de seis alumnos y el programa está dirigido por tres instructores: un logopeda, un profesor de educación especial y un educador del Museo del Tránsito. Gracias a este reducido número de adultos por cada alumno y a la experiencia de los instructores, se consigue un programa muy estructurado y con el apoyo necesario. Para desarrollar las interacciones sociales positivas entre compañeros y la capacidad de trabajo en grupo, el programa combina varias estrategias que han demostrado conseguir buenos resultados y que contribuyen a las necesidades de aprendizaje de los alumnos con autismo a través del arte, el movimiento y los juegos imaginativos. El programa está fuertemente estructurado para prestar el máximo apoyo posible a los participantes, que progresan mejor en entornos bien estructurados. Cada sesión comienza con una programación visual para aprovechar las fortalezas visuales de los alumnos, organizar el tiempo de la sesión de modo que los alumnos puedan gestionar sus expectativas y para fomentar el pensamiento compartido entre los miembros de cada grupo. Después de repasar la programación, el grupo participa en dos actividades. Muchas actividades están estructuradas para que cada alumno trabaje con un compañero en actividades realizadas por grupos más grandes. Por ejemplo, si todo el grupo está diseñando un mapa gigante del metro, un equipo de compañeros podría encargarse de dibujar las líneas de metro, mientras otro equipo piensa en nombres divertidos para las estaciones. Esto contribuye a mejorar la flexibilidad y permite a los alumnos reconocer roles individuales como parte de un proyecto más amplio en el que todos trabajan juntos.
Otras actividades, como coger y revisar fotos en cada sesión, construyen y utilizan recuerdos compartidos y permiten a los alumnos explorar conceptos y empatía imaginando lo que pudiera estar pensando la otra persona de la foto. Algunos juegos sirven para practicar la comunicación no verbal y ayudan a los alumnos a aprender a leer el lenguaje corporal y las expresiones faciales. Por ejemplo, los Detectives trabajan en parejas para ensamblar las vías de un tren de juguete y, para ello, utilizan signos como el “pulgar hacia arriba” (aprobación) o el “pulgar hacia abajo” (desaprobación) y otras expresiones que indiquen aprobación o desaprobación. Cada sesión termina con un periodo de reflexión, una oportunidad para que los Detectives refuercen los resultados de la actividad, construyan recuerdos compartidos y generen ilusión para la semana siguiente.
Al final de cada semestre, los padres rellenan un cuestionario de evaluación. A la pregunta, “¿Aprendió el niño a trabajar en equipo o alguna otra habilidad social?”, los padres de un grupo reciente dieron las siguientes respuestas:
A lo largo de los años, a medida que los participantes del programa Subway Sleuths iban creciendo y abandonando el programa, nos dimos cuenta de que queríamos desarrollar iniciativas para continuar prestando servicios, tanto a estos como a otros adolescentes con autismo. En 2016 comenzamos un programa piloto para adolescentes llamada Studio Underground (Estudio Subterráneo), que consistía en ofrecer un espacio y tiempo de reunión a aquellos adolescentes apasionados del transporte, en el que pudieran compartir su pasión a través de actividades sociales y pasando tiempo juntos. El evento fue todo un éxito. El tío de uno de los participantes comentó a los empleados del museo que a su sobrino, un chico con autismo, siempre le habían tomado el pelo en el colegio porque lo único que quería hacer era hablar sobre trenes y esto era algo que a sus compañeros no les interesaba. El tío estaba muy contento porque el programa Studio Underground le había proporcionado a su sobrino una zona social donde nadie le juzgaba y en la que podía hablar de su pasión con otros chicos que compartían su mismo interés y nivel de conocimientos.
El éxito de Subway Sleuths y otros programas de acceso ha llevado a museos e instituciones culturales a solicitar asesoramiento al Museo del Tránsito sobre cómo desarrollar sus propios programas. Como respuesta, el museo está organizando un simposio que tendrá lugar el día 1 de mayo de 2017 e irá dirigido a todas aquellas organizaciones interesadas en desarrollar programas para personas con autismo o en mejorar sus propios programas. El simposio incluirá presentaciones y debates con científicos, terapeutas, padres, educadores y defensores de las personas con autismo.
El éxito de Subway Sleuths ha confirmado nuestra opinión de que los museos están en una posición única para ofrecer programas extraescolares atractivos dirigidos a personas con todo tipo de capacidades. Para muchos niños con autismo, la escuela puede ser un lugar abrumador o muy difícil por diversas razones y por eso necesitan espacios positivos y especializados, separados de la presión de la escuela, en los que puedan interactuar con sus compañeros y desarrollar su confianza. El Museo del Tránsito de Nueva York siempre intentará prestar sus servicios a personas de todas las edades y capacidades y ser un recurso para quienes quieran hacer lo mismo.