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agosto 6, 2018

Red Tendencias e influencias en la antropología museística y el estudio de los pueblos indígenas

Este es un extracto del artículo ‘El futuro de la investigación’ de Frank Howarth, publicado originalmente en The Future of Natural History Museums, editado por Eric Dorfman.

Muchos de los museos de historia natural más antiguos del mundo tienen amplias colecciones de materiales creados por los pueblos indígenas y, en muchos casos, también colecciones de cuerpos enteros o partes del cuerpo de dichos pueblos.

En Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Canadá, se han emprendido extensos y activos programas de repatriación de restos humanos. Pero el progreso en el mismo ha sido bastante más lento o en muchos casos inexistente en Europa Oriental y Occidental.

Los orígenes de estas colecciones son tan complejos como los orígenes de la antropología en sí, y reflejan muchos factores en juego en medio de la construcción de imperios. Los objetos fueron agregados a colecciones antropológicas o etnográficas por una amplia gama de razones: algunos eran estéticamente atractivos para el ojo colonial occidental; otros eran más prosaicos y prácticos, incluidos los objetos de la vida cotidiana; otros eran armas o fetiches y objetos rituales. Todos estos factores están bien resumidos en la introducción de Objects and Others (Stocking, 1988).

En la segunda mitad del siglo XX, varios acontecimientos comenzaron a desafiar la ortodoxia antropológica. Gran parte debido a las crecientes demandas de los pueblos indígenas para una mayor participación en lo sucedido con el material que estos y sus antepasados crearon. Paralelamente, hubo desafíos en la propia antropología. En Australasian Science, el antropólogo Kirrilly Thompson afirma lo siguiente sobre el antropólogo polaco de principios del siglo XX Bronislaw Malinowski:

Los diarios personales de Malinowski… muestran a un hombre luchando entre “nosotros y ellos”, entre el viejo régimen de un racismo que legitima el colonialismo y sostiene la diferencia, y un nuevo régimen que enfatiza la igualdad y cuestiona la superioridad que una cultura tiene sobre la otra. (Thompson, 2016)

Ambos desafíos tuvieron un impacto significativo en la investigación y en las actividades antropológicas en los museos de historia natural, en particular, el creciente papel de los pueblos indígenas en determinar cómo estos fueron estudiados y cómo su patrimonio cultural fue tratado y comunicado al resto del mundo.

El factor más destacado de todos parece dar forma a la futura investigación museística basada en colecciones en antropología. Este es el cambio de mentalidad por parte de algunos museos en los que ya no se considera el museo como “propietario” de las colecciones de la cultura material de los pueblos indígenas, sino que actúa como custodio de esta principalmente para las comunidades creadoras y sus descendientes. Los custodios tienen obligaciones diferentes y mayores que los propietarios: en primer lugar, deben involucrar a esas comunidades creadoras en las decisiones clave relacionadas con el uso de las colecciones y la investigación que se realiza sobre ellas.

De esta manera, las comunidades creadoras son reconocidas como iguales en la investigación: como colaboradores, en lugar de simplemente como sujetos de estudio. Dado esto, se les puede preguntar a las comunidades qué elementos de su patrimonio cultural les gustaría que el museo recolecte y conserve.

Las principales instituciones de Australia y Nueva Zelanda, así como el Museo Británico, trabajan con las comunidades del Pacífico para crear objetos que cuenten historias y preserven su cultura. Un buen ejemplo de esto es el esfuerzo del Museo Australiano para encomendar trabajos al pueblo de Erub (Isla Darnley) en el Estrecho de Torres. Las entradas de blog muestran el proceso por el cual el pueblo de Erub decidió qué historias transmitir a través de los objetos encargados por el museo y fabricados por ellos (Museo Austaliano, 2012).

Part of a series of pictures depicting Frances Densmore at the Smithsonian Institution in 1916 during a recording session with Blackfoot chief Mountain Chief for the Bureau of American Ethnology. Library of Congress caption: “Piegan Indian, Mountain Chief, listening to recording with ethnologist Frances Densmore, 2/9/1916.” National Geographic caption: “This 1916 image of Frances Densmore and Blackfoot leader Mountain Chief listening to a cylinder recording has become a symbol of the early songcatcher era.” (CC)

Una pregunta clave en antropología es cómo los humanos modernos emigraron de África al resto del mundo. Las fechas recientes y las anteriores de la evolución del ser humano en varias regiones del mundo, junto con una mejor comprensión de la genética humana, sugieren que el traslado de África se produjo en oleadas y de manera más rápida de lo que había sucedido anteriormente. A modo de ejemplo, está la incertidumbre actual sobre cómo llegaron los primeros humanos a América del Norte, Central y del Sur. Curry (2012) comenta: “Durante décadas, los científicos pensaron que los cazadores de Clovis fueron los primeros en cruzar el Ártico en dirección a América. Se equivocaron, y ahora necesitan una teoría mejor”. En www.Smithsonian.com, el 21 de julio de 2015, Helen Thompson aclara lo siguiente sobre las investigaciones genéticas más recientes:

La teoría predominante es que los primeros estadounidenses llegaron de una sola vez, y todas las poblaciones de nativos americanos descienden hoy de este único grupo de fundadores aventureros. Pero ahora esta teoría se ha visto sacudida, pues los últimos análisis genéticos se apoyan en los estudios esqueléticos, que sugieren que algunos grupos en el Amazonas comparten un antepasado común con los indígenas australianos y los habitantes de Nueva Guinea. El hallazgo insinúa la posibilidad de que no uno, sino dos grupos emigraron a través de estos continentes para dar lugar a los primeros estadounidenses. (Thompson, 2015)

La combinación del descubrimiento continuo de especímenes y el posterior trabajo genético implica que las colecciones de humanos primitivos que se encuentran en los museos de historia natural tienen una importancia continua para tal investigación, y que los museos tienen la obligación de seguir el ritmo de este campo rápidamente cambiante y transmitir con precisión los niveles de incertidumbre científica a sus visitantes.

Uno de los programas de antropología de museos más grandes y duraderos es el del Museo Americano de Historia Natural, cuyo programa de investigación manifiesta el compromiso no solo con la cultura contemporánea, sino también con complejos asuntos interdisciplinarios. Esto se ejemplifica en una declaración sobre una conferencia de 2016 en dicho museo sobre el surgimiento del VIH:

La conferencia presenta investigaciones internacionales sobre los contextos biológicos, epidemiológicos y sociales del surgimiento del VIH / SIDA. Reuniendo a especialistas de los campos de virología y biología molecular, epidemiología y salud pública, e historia y antropología, esta conferencia proporciona el contexto para el surgimiento de ideas innovadoras multidisciplinarias sobre una de las pandemias de enfermedades infecciosas mundiales más devastadoras del siglo XX. (Museo Americano de Historia Natural, 2016a)

La antropología y el cambio climático se mencionan en una descripción de un taller celebrado en el museo en 2013 y organizado junto con el Museo Nacional de Australia. El taller se encargó de “explorar cómo los museos pueden involucrar a las comunidades de maneras que fomenten el entendimiento y ayuden a adaptarse a los procesos del cambio climático” (Museo Americano de Historia Natural, 2013).

Una extensión lógica de la mayor influencia de las comunidades indígenas en los museos es la creación de sus propios museos en los países occidentales. Dichos museos hablan de culturas indígenas en las propias palabras de las culturas, en lugar de la voz distante, generalmente no indígena, del museo de historia natural basada en la ciencia. Un ejemplo innovador de esto es el Museo Smithsoniano Nacional de los Indios Americanos. La existencia de dos importantes museos bajo la representación del Smithsoniano que contienen importantes colecciones de patrimonio cultural indio americano y programas de investigación asociados (siendo el otro el Museo Nacional de Historia Natural), ha llevado a tensiones basadas en sus diferentes enfoques de investigación. Esto está bien resumido por Duarte (2012) en Repatriation and the Smithsonian, donde explica:

La participación del Instituto Smithsoniano en la lucha por el control de la historia indígena puede remontarse a muchos casos de desacuerdos entre investigadores y pueblos indígenas a lo largo de la historia, pero ningún otro caso de su participación ha sido más indicativo de este debate más amplio que el debate interno del Smithsoniano, promulgado a través de las filosofías y prácticas de repatriación del Museo Nacional de Historia Natural y el Museo Nacional de los Indios Americanos. Si bien cada museo tiene historias muy diferentes que han influido en sus relaciones con los pueblos indígenas, ambos eligen impulsar concepciones opuestas de la propiedad que tienen por objeto la postura política de la ciencia o la del pueblo indígena.

En el caso de estos dos museos Smithsonianos, el enfoque que cada uno ha tomado concuerda con su misión, objetivos y valores centrales. El Museo Nacional de Historia Natural es una institución fundamentalmente basada en la investigación con una intensa y arraigada [sic] misión para dar acceso al conocimiento a toda la humanidad. El Museo Nacional de los Indios Americanos es el autoproclamado “Museo Diferente” y, como tal, se ha desviado intencionalmente del papel tradicional del museo que busca servir a las comunidades indígenas y al gran público como un conducto honesto y reflexivo sobre la cultura indígena, el presente y el pasado.

Tal vez el aspecto más importante de las filosofías y prácticas del Museo Nacional de los Indios Americanos con respecto a la disposición de restos indígenas y bienes culturales es su enfoque en la colaboración entre los pueblos indígenas y los investigadores en cada paso del proceso. Este valioso enfoque debería aplicarse al mayor debate político sobre el control de la historia indígena. (Duarte, 2012, pág.41)

Resumiendo: el futuro de la antropología en los museos de historia natural

De todas las áreas de investigación en los museos de historia natural, la antropología se sitúa en el proceso del cambio más profundo. Si bien los temas de investigación biológica y geológica no tienen voz (aunque en el caso de los animales, ciertamente tienen defensores humanos), los sujetos de investigación antropológica tienen voz y la están utilizando. Los estudios en colaboración, como el uso del ADN de los pueblos indígenas para rastrear la migración humana, y el abordaje colaborativo de problemas, como el impacto en los pueblos indígenas del calentamiento global, son el camino del futuro.

Conclusiones generales sobre el futuro de la investigación en museos de historia natural

El exitoso museo de historia natural en el siglo XXI se revela en exhibiciones actualizadas y una presencia en la web que trata de manera equilibrada pero audaz los problemas contemporáneos. Todo el personal, pero más particularmente el personal de investigación, está comprometido con su trabajo, sus colegas y sus instituciones.

Aquellos investigadores de museos de historia natural que acepten el cambio, den la bienvenida a la colaboración y trabajen en asociación con sus comunidades y partes interesadas, prosperarán. Utilizarán nuevas técnicas analíticas, aprovecharán el poder del mundo digital y colaborarán con universidades y científicos ciudadanos. Se centrarán en los problemas de hoy y los de mañana. Habrán contratado nuevos socios de financiación que compartan sus valores y se distancien de quienes no lo hacen.

Las culturas de investigación continuarán evolucionando rápidamente. Los investigadores que una vez se vieron trabajando para una disciplina, o únicamente con sus compañeros en dicha disciplina, ahora se ven trabajando para un museo y para una comunidad. Toda una vida estudiando un grupo de animales será cosa del pasado. Los vínculos entre la investigación, las colecciones y el compromiso público se fortalecerán, pero también innovadores y expertos. Los investigadores dentro y fuera de los museos encontrarán nuevas formas de utilizar las colecciones. Las comunidades tendrán una mayor influencia en cómo esas colecciones continúan creciendo, y el acceso digital y el uso de las colecciones crecerán exponencialmente.

La investigación del museo de historia natural puede tener y tiene un futuro brillante, vinculado con la relevancia, el compromiso y la colaboración.

Frank Howarth realizó su licenciatura en Geología en la Universidad de Macquarie, seguida de una Maestría en Ciencias y Sociedad de la Universidad de Nueva Gales del Sur; la cual se centró en Políticas de Ciencia y Biotecnología. Frank comenzó a trabajar para el gobierno de Nueva Gales del Sur (NSW, por sus siglas en Inglés) en 1981, ocupando diversos cargos en el Departamento de Desarrollo y Descentralización  Industrial; el Consejo de Ciencia y Tecnología de NSW; la Junta de Servicios Públicos, y la Autoridad de Carreteras y Tráfico. En 1996 se convirtió en Director y Jefe Ejecutivo del Royal Botanic Gardens and Domain Trust. En septiembre de 2003, y durante seis meses, fue Director Ejecutivo de Política y Ciencia en el Departamento de Medio Ambiente y Conservación de NSW, antes de asumir el cargo de Director del Museo Australiano desde febrero de 2004 y hasta 2014. Actualmente es Presidente de Museos Australia.

The Future of Natural History Museums, editado por Eric Dorfman y publicado por Routledge, forma parte de ICOM Advances in Museum Research, una nueva serie monográfica editada por el ICOM. Los museos de ciencias naturales están cambiando, en parte por su propio desarrollo interno, pero también como respuesta a los cambios en el contexto actual. The Future of Natural History Museums analiza estos cambios y las razones detrás de ellos e inicia un discurso cohesivo que equilibra todos aquellos asuntos tan dispares a los que nuestras instituciones se enfrentarán durante las próximas décadas.

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