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Platería religiosa
La platería religiosa tuvo gran importancia en la América colonial (siglos XVI a XVIII). Está formada por los vasos sagrados usados en la misa u otras ceremonias como cálices, copones, custodias, vinajeras o cajitas portahostias, y por los objetos que componen el ajuar de las iglesias, como candelabros, jarrones, bandejas, atriles, sagrarios o frontales de altar. También se incluyen los adornos de las imágenes, destacándose las coronas. El cáliz es una copa para beber el vino en la misa, que suele tener un alto pie y una base, a veces muy labrados. El copón, que servía para guardar hostias, es una copa grande y ancha con tapadera. Miden entre 25 y 50 cm. La custodia sirve para exponer a la adoración pública la hostia consagrada. Por lo tanto tiene siempre un pequeño medallón circular donde se colocaba la hostia, que suele estar rodeado de rayos, y un pie con una ancha base. Miden entre 25 cm y 1 m. Suelen ser de plata dorada o parcialmente dorada. Pueden estar decoradas con figuras de santos, cruces y motivos florales o hojas de vid, y en algunas ocasiones presentar esmaltes o incrustaciones de piedras preciosas y perlas. El resto de los objetos del ajuar de las iglesias suele estar hecho de láminas de plata repujada y cincelada con decoración en alto relieve: atriles, marcos, candelabros, jarrones, etc. Los frontales son láminas de plata trabajada que cubren el altar mayor. Los mayores están compuestos por paneles de plata con un alma de madera anclados en el altar. Pueden medir 1 m de alto y 3 de largo y cada panel alrededor de 45 por 45 cm. También se conocen los medallones de frontal o mariolas que son láminas más pequeñas, de unos 23 por 24 cm, que adornan los altares de las capillas laterales en las iglesias. Suelen tener flores, motivos vegetales, aves y animales. En el panel central se observan imágenes de devoción, angelotes o letras que abrevian las distintas denominaciones de Cristo o la Virgen. Entre los adornos de imágenes son frecuentes las aureolas circulares que aparecen sobre las cabezas, los rayos que salen de las manos de algunas representaciones de la Virgen y, sobretodo, las coronas cubiertas con perlas y pedrería. Los objetos de plata pueden tener un dorado parcial o total, de manera que pueden parecer de oro. Aunque también el baño de oro, muy fino, puede aparecer desgastado por el uso.